ya es hora de que elija mis cicatrices
de que me tatúe la luna
en mi parte más menguante
de qué me sirven todos los colores
si en la penumbra oscura debilito
o tus ojos siendo uno en un espectro indiferente
tu mirada
hoy elijo la ruptura, definitiva, inconciliable
antípoda mundana y lasciva
secreta bajo un manto en soledades
indiscreta y oportuna
moribunda herida requerida, escudriñada
me hiero
es decir, me retuerzo las venas pensando deshacerme
y es este pulso y su reflujo lo que invade mis desvanes
¿habrá algún ser así, dispuesto a todo, a dejarlo para atesorarme?
no, hoy elijo mi cicatriz
la herida que yo misma me he fraguado
la llaga que descrece poco a poco
desde el remanso accidental
que fue intentar cimbrarte tan deprisa.