TE ME QUITO DE LA BRISA

Sin ganas de escribir intento
dejar mi enfado con las luces
que se cruzan desde el faro
hacia la calle para rehacerse con tu sombra
después de aniquilar las verjas casi verticales
de una de las casas a las que no entraremos nunca

y sin rabia ni promesas
te me quito de la brisa
que trae pequeños inviernitos en tus ojos
porque ahora no deseo que se ensanchen
desde el codo de la noche a recitar de-mente
cada uno de mis versos casi muertos
los labios en que puso sus besos carmesí barato
una antigua otra para que a ti yo te los diera poco a gota

porque tan pobre es el viento sin palabras
y tan extenso mi grito nocturno
que va lejos queriendo cerca
la sonrisa de tu risa moribunda
sostenida desdoblada en el rostro
a fuerza de insistentes y nerviosas cortesías.

¡Que encierren a todos los malditos
bastardos bandidos que hieren mi silencio!

Ya es tarde y anochece para que vuelva el día
a hacerse madrugada con la aurora.
Sin tiempo y tus manos fuera del crepúsculo
de mis huesos afilados sorbo pena.

Tengo un sol y edad también tú vieja soledad
me acompañas a morirme lentamente
entre los brazos de tus putas hijas horas…

¡Pero hoy no tengo ganas de matarme sin tu abrazo, Maga!
Hoy sólo intento vivir, sin morirme a-brupta-mente, sin pensarte…
Nieteputa, ija de la gran cemiya.