I
Y si es necesario,
Le partiremos los pies a la felicidad
De los que nos aplasten la cabeza y la esperanza,
Caminándose tranquilos e indiscretos
Por los principios fundamentales de la vida
Y si no es posible
Destrozar sus gigantescas y pesadas botas, de acero inoxidable,
Nos les quitaremos de abajo
Para que caigan gravemente ensimismados
A las tumbas donde nosotros sucumbimos cada día
II
Y cuando nos hartemos,
De verles retorcidos y jadeantes,
Detendremos nuestra risa a carcajadas,
Para verterles en el fondo de sus fosas
Toda su tecnología incinerada y triturada,
Y comprobar si es cierto que es posible
Escaparse sin rasguños del subsuelo
Y si no, bien,
Nos despertamos de la pesadilla una mañana,
Para seguir viviendo dignamente
En los suburbios anticuados del analfabetismo,
Y nos olvidamos nuevamente de las sutiles patadas
Que las ovejas prepotentes nos dieron en el culo.