Cómo vendrá la noche
a prolongar la tarde
descollando al día
que, sórdidos aún, legitimamos
esa lámpara
detrás de esa lámpara reflejada
o éstas cenizas
y su vestigio rojo ya extinguido
ya no sé si se abalanza
o permanece inerte
ante el gesto misterioso de otro puerto
como si hubiera tormenta inadvertida
en las proximidades de lo que intento serle
como si no bastara lo vivido e inspirado
como si no fuera adecuadamente suficiente
tengo una duda indecisamente entumecida
bajo el hábito cicatrizado de éste ahora:
“te vas mirada mía
te me escapas de mis ojos
que te observan derrotados
yaciendo torpes y corteses”
ya no sé si salir del camino
ya no sé si ir a tu encuentro
ya no sé, no
ya no sé
oh, musa ingrata y retorcida
acaso, es precisamente esto lo que buscas
lo que inquieres…
cuándo me darás por fin esa certeza.