Debió ser raudo como siempre
Para que no pudieran escaparse
Del amor que en marzo o abril
Le sembraría rosas por alamares
El caos la transbordó hasta allí
Hasta los brazos de un ido frágil
Un flaco loco que le hizo sentir
Que vivir no era sólo ir de faquir
Él abrió de par en par las puertas
De todas sus palabras y su miedos
Ella aguardó silenciosa y discreta
Recogiendo sutilmente sus cabellos
Pronto, le besó y en su corazón
Para siempre quedó la rayuela
El secreto mitológico del amor
Que latía en medio de la carretera
Desde entonces es como debió ser
Lo anhelado cada día se presenta
Escondido bajo el manto del deber
Del sacrificio incauto de la entrega
Y ya no oscilan debajo del péndulo
De la rosa marchita de los vientos
Ella no le llama Adán, le dice Tierno
Y a Eva ahora él le dice Orégano
Van al cine, al teatro, a los conciertos
De la mano, de los labios y los besos
Van y vuelven sin querer queriendo
Amándose y sonriéndole al desfreno
Porque la besó, en su corazón
Por siempre quedó la rayuela
El secreto mitológico del amor
Que late aún en la carretera
Y dicen que se van…
Entre odas y poemas…
A la orilla del mar…
El hogar les espera (bis).