Salimos al mundo por una puerta estrecha y corta.
Ahora estamos aferrados y asustados
en un mundo esencialmente precario e imprevisible.
Lo demás es amor.
Abandonamos nuestros sueños por una realidad
inconstante y frágil que creemos manipular
sin percibir que ya nada será igual al siguiente instante.
Lo demás es pasado.
Somos seres humanos en busca de refugio,
sólo queremos volver a ser lo que fuimos antes de nacer.
Pero es imposible reencontrar esa matriz tropical y preservadora.
Lo demás es miedo.
Enriquecemos por miedo a la pobreza, nos empobrecemos al negarla.
Dios no existe, pero es Dios, y es mejor que lo sea
a que no haya nada más que nos sustente.
Lo demás es psicoanálisis.
¿Dónde estás?
Es la primera vez que comprendo la atemporalidad de mi existencia.
Mientras escribo, una flor debe estar abriendo sus pétalos en Australia
y un grano de arena moviéndose en la India.
Lo demás es geografía.
Y ya somos adultos,
pero tarde intentamos permanecer estáticos e inamovibles.
Millones de átomos hacen posible que mis manos escriban.
Es difícil agradecer cuando no se sabe quien ha hecho el favor.
Pero aquí estamos.
Al final, después, siempre queda alguien vivo,
para recordarnos con él a todos nosotros, los que somos, y los que fuimos.
Lo demás es filosofía.
Algo logra escapar a los designios de la razón. Lo importante es permanecer.
Lo otro se irá con el tiempo que siempre trae respuestas eternamente inconclusas.
Ahora comprendo mi lugar en la tierra, es este.
Debajo de esta atmósfera, entre este aire que respiro.
Algo me dice que pronto todo será distinto.
Es decir, pronto tendré nuevos sentidos para percibir la materia y a mí mismo.
La próxima puerta es ancha y larga, y estamos de este lado evitando salirla.
Buscando un único motivo para querer regresar algún día, de ser posible.
Pero estamos condenados a estar en medio hasta conocer ambos extremos.
Una gota cae deslizada por el cristal de la ventana,
y me siento feliz por ser yo quien la vea y la toque
o salga a la lluvia a mojarse por dentro.
No te preocupes. Sólo pondré la ciencia a nuestro servicio.
Ya no quiero descubrir como funciona la vida humana,
temo que alguien quiera detenerla por siempre para poder morirse tranquilo.
Lo demás es aquello.
Pero todo el resto… eras tú.