Originas unos vértigos,
Unas caídas desde mi cuerpo hacia tu sombra.
Algo esconde el centro,
El punto estricto y correcto de estar en contra.
Y permanece.
Convidas al encuentro,
A cálidas orgías metafóricas e incandescentes.
Algo en mí es el juego
Y regresa cada tarde como sol a su poniente
Y permanece.
Malditas concepciones
Traídas desde el fondo a la planicie de la suerte,
Chasqueando emociones,
Escondiendo angustias de la vida, y de la muerte
Casi siempre.
Caricias y traiciones,
Migajas secretas escondidas tras las sobras
De las decepciones,
Crujientes, amargas, acalladas, pedregosas
En las gentes.
Ahora cambiemos:
Es así como viene, álgido y triste, por el Este,
Rompiendo extremos,
Desafiándole al mundo cada una de sus leyes
Y permanece.
Soy yo y lo merezco,
Caer desbandado en espiral hacia tu cuerpo
Indolente, imperfecto,
Como ola de hierro moldeada por el tiempo…
Y el Merengue.