«¡Basta, basta, basta, Eulogio, basta, no te debatas más por entre esos corredores marchitos de la duda, entre los “qué pasó y las “qué pasará”, camina torpe y decidido por la fragmentada y disparatada vida que conlleva tu absurda existencia, hoy, ahora, momento, instante, lapso, siempre, puntual, exacto, Eulogio, exacto!».