Maldito febrero en que fallezco
Una pluma palme
Y este cuerpo
Con sus almas vagabundas
Sin trayectos
Ni caminos
Ni bondades periféricas
Entre tantas penas que contiene el mundo
Pensar que ayer mismo
Le vi su sombra a la Tierra
¡A dónde van los demonios, las pisadas!
Me quedaré sólo al final de la colilla y de mis dedos
En la vereda de éste día en que te existo
Ese miedo
Ay, éste temor de no verte al espejo
Esta intuición
Atolondrada y enfrascada
Cenizas, y... basta.
Cantemos a abril
Hermanos y hermanas del olvido
Una vez más... poetas
Alabemos su época y sus hojas
Sigámosle el rastro
Hasta el misterio recóndito y nefasto
Que repliega hacia los centros
Una pistola
Y sus balas de pétalos, por supuesto...
Habrá que hacer tragedia
Raras veces se le canta a la alegría.