VICEVERSO

Porque hace tiempo
que ensanché tu pubis a plena aurora
y coroné de espinas y nostalgias mi cabeza
Viceverso
aunque te niegues esta vez a serme puta
escondida tras la prisa de tus horas y tus mañas.

Me contengo
porque ahora sé que puedo

escribir lo que me dé la gana
al revés o al anverso
y porque también me da igual

si la luna es una mesa o una estatua.

Viceverso
y también viceverso
porque los amigos

se me escapan con cada suspiro
y las niñas callejeras

se acrecientan en los barrios
a puros y precoces cinturazos reguetoneros.

Una flor, por ejemplo
dando el giro a esta gira

sin una rama partida de caricias o de “qué tal…”
todo bien, me orino: micción, querido.

Porque hace tiempo
que me vienes dando pena con tus astucias
con tus olvidos de primera fila
con tus tergiversaciones a favor
y tus cejas negras

(que por cierto
esta semana te ha quedado la derecha
más fina y arqueada que la del lado izquierdo:
"o sea", horriblemente ridícula).

Cuántas mentiras se dicen en la cama
y promesas que harían reir hasta a Epicuro.

Bueno, me confieso
no tengo nada que hacer esta tarde
hasta tarde en la noche
en que iré a buscar los grillos verdes
que aún cantan en sus ojos.

Otro “pero”.

¡"Pero" basta, ya está bueno de refranes

y de anécdotas urbanas
porque una paja en el ojo ajeno

es peor que dos vigas al día…

Sin tu cuerpo

sin tu piel como de paloma herida en la acera
sin tu sexo humedecido de vergüenza
y sin tus (por qué no)
gemidos grisáceos

a la hora exacta del instante previo!

Porque hace tiempo
que me viene saliendo tan perfecto
el juego aquel de la Dialéctica Histórica Anti-materialista:

¿Blanco o negro?
Igual da, y te lo juro:
por la bolita del mundo
y la botellita de sangre
que el gris puede ser “¡coño, que chulo!”
o vomitar en el parque
a plena luz de los faroles y las síntesis.

Viceverso
porque puedo escribir, por ejemplo
los versos más alegres en tu nombre:
ni te amo por ceja ni por pies
ni me vivo ni me mato si te vas... (y ahora qué...).
...quiero, y ¡o(h)dio(s) mío!

y viceverso, y también viceverso
es decir

que no sé si intentar olvidarte

o desnudarla
porque un verso

vice a veces más que un poema

Como salir a la calle

a bailar merengues wagnerianos
o meterse en la ducha
a bañarse con las dos rosas de tu recuerdo
y aquí acaba.