Soñar con irse lejos
era despertar y dar dos pasos:
el viaje del ensueño
duraba poco en una isla
El tiempo era un duendecillo
inquieto y atolondrado
el espacio, un escondrijo
debajo de cualquier palco
Del cielo, sólo conocían
el décimo octavo piso
Almas en laberintos
ascensores de la agonía
Caminar, por las aceras
Caminar, por las aceras
eterno carnaval de primavera
observar, por las vitrinas
lo que nunca se conseguiría
Y así, fueron, encontrándose
átomo a átomo, poro a poro
sin saber, sin querer alejarse
del eje de la cruz de los despojos
Hasta que, un día, se miraron sus ojos
y descubrieron, lo que se escondían
detrás de las pupilas
y fue más, que unas cajas llenas de antojos
pandoras, alfileres, rosas, gasolina…
al resto, simplemente le llamaron “vida”
al resto, simplemente le llamaron “vida”
Porque, soñar con irse lejos
era despertarse y dar dos pasos
porque, el viaje del ensueño
duraba poco tiempo en una isla...
Pobres viajeros de la prisa.
Después de un tiempo, prefirieron
Después de un tiempo, prefirieron
dejarse de querer poco a poco
a empezar, a amarse sin refrenos
a empezar, a amarse sin refrenos
como esos enamorados locos…
Y el mar, fue siempre el mismo cine
donde pasaban la misma película
espumas, viento, un sol al declive…
tan ridícula les quedaba la sonrisa.
Porque, soñar con irse lejos
era despertarse y dar dos pasos
porque, el viaje del ensueño
duraba poco tiempo en una isla…
para los pobres viajeros de la prisa.
para los pobres viajeros de la prisa.
