Con cada golpe de pétalo que surte la vida Lenta o rudamente en el costado del ensueño Del insomnio Así, ineficaz protege de la memoria el olvido
Y en un lapso cualquiera, gris, mutable, rojo pardo Con los huesos próximos al aire, a flor de piel, Tez nívea Llega, derramado el crepúsculo a ensanchar las ansias
Soltar siempre la verdad, aunque, envuelta a veces En otras crudas verdades que parezcan mentiras, Reales, innegables Es aferrarse, sin pretender, frágilmente a la existencia
La del lado de acá, de la luna que vemos hincharse Cada noche que la misma noche se propicia oscura, Intermitente, candente Como una olla de ti hirviendo justo en medio de mi pecho. |