Soy el transeúnte,
uno más en la tragedia
del montón
Quien se diluye
en la obscurecida vereda
del callejón
Cuando la noche,
cansada de la pantomima
suburbana,
Va y se entrecoge
con las alternas braguitas
de rebajas,
Que desde la esquina,
con mirada de pezón
izquierdo,
Calienta la alquimia
de mi pulsante corazón
de obrero.
Soy el transeúnte,
uno más en la comedia
de la sinrazón
Hurgando en el disfrute
de las fieles buhoneas
de la provisión
Soy el transeúnte,
una mancha humana
en la ciudad
Sombras y nubes
que me empapan el alma
de crueldad
La piel y boca
que quieren besos,
favor almidonado
Y a gotas se agota...
sólo lamo, bebo:
sangre, sudor contaminado.
El transeúnte,
uno más en la tragedia
del montón
Quien se escurre
por un oscurecido poema
hecho ya canción.
(De la vida del desastre,
del absurdo, otro más
Caminante errante
que bien disfruta de su mal)
El transeúnte.